Pensaba yo que este año no iba a haber sarao y,mira por dónde,estaba equivocada.Con tan sólo una semana por delante,Don Chapa ha decidido dar el campanazo;¡Con lo poco que le entusiasma a él lío este de los disfraces!.Es caso es que llaman para decirme:¿Pero bueno,va no va a montarse el tinglao?.La verdad es que me dejaron de lo más sorprendida (Creía que el horno no estaba para bollos).Esta vez no tenía nada preparado,y tampoco sabía hacia donde inclinarme.
Sin pensarlo dos veces,tiro de inmediato para la suministradora de ilusiones -la tienda de Vicente Rico,en la Calle Concepción Jerónima- cada vez más cara;por cierto.Echo un vistazo rápido a todo el elenco de tocados,complementos,gafas y pelucas de fantasía.Intento encontrar algo que acomode, como anillo al dedo, con todos los marabús y abanicos de plumas que ya tengo en casa.Una vez allí no tardo en decidirme.Bien sabía yo lo que iba a buscando;aunque si se me hubiera ocurrido preguntar por tal dislate,a cualquiera de las dependientas,probablemente hubiéran respondido a mi pregunta con un:¿Lo qué?.Así que acabo por ir husmeándolo todo por mi cuenta.Aunque no con el nombre que debiera tener el traje,no tardo mucho en encontrar el atuendo de mis sueños.Ése con el que me sentiré más cómoda que con mi propia indumentaria.(Siempre he oído decir que se sueña con lo que se teme o con lo que se desea).En esta ocasión ha habido suerte,pues he ido a dar,por pura casualidad,con una de mis ensoñaciones:la representación de mi más eterna vocación frustrada.Frente a mí se encuentran un corpiño de antiguos brocados y una faldita,a juego,de abullonado tul.Todo el conjunto parece como sacado del mismísimo guardarropa de La Chelito,de La Goya o de la propia Adelita Lulú,tan chulita ella,tan cupletista de rompe y rasga,y cómo no decirlo:tan de la "Cae Salitre".¡Ahí es nada! Recogo,además de entre las perchitas expositoras,un par de largos y bordados guantes y una sombrillita negra,de encaje,que acabará por dar empaque el conjunto;y me voy de la tienda más contenta que unas pascuas (suponiendo que éstas sean felices).Por el camino voy haciendo balance de cúal ,de entre mis mil abalorios,acabará por componer el disfraz.Los pendientes rojos de pedrería.Sí,deben ser ésos.No se me ocurre nada más ostentoso para la ocasión.También las medias de blonda darán cumplida nota de todo el atavío...¡Ah! y el tocado de plumas no puede olvidárseme.Es la oportunidad perfecta para colocarme las pestañas postizas - siempre me han dado un poco de yu-yu - pero, esta vez me las calzo. Ya que tampoco este año hemos podido ir a Cadiz,éste será un buen momento para marcarme algún que otro picante cuplé.
La idea inicial era que nadie;es decir,ninguno de nosotros,dijera al otro el motivo de su disfraz.Pero,al final todos acaban por contarme el suyo y ,ya de paso,me encargan los aderezos que deben llevar.No es que me moleste.En absoluto.Pero,no acabo de entender cómo me las compongo para acabar por prestar hilazón de ideas a "to perro pichichi".Supongo que la cosa viene de atrás,pues ya de niña estaba como loca preparando estas mascaradas.
Ni mucho menos va a ser la nuestra una imagen castiza del ilustre Gutiérrez Solana,ni tendrá el sabor del Entierro de la Sardina de los grabados goyescos.No saldremos a la calle en actitud de emular el "Domingo de Carnaval",que llevara a la pantalla el polifacético Edgar Neville.Tan sólo será una reunión informal.Otra excusa para salir de la monotonía diaria.Esta vez,al menos podremos dar celebración a la antítesis de la navidad,con una fiesta pagana.
¡Total,bien mirado,todo el año es Carnaval...Ole.ole y ole,y al que no diga Ole,que se le seque la yerbabuena !