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martes, 14 de octubre de 2008

Un día de furia


Esta mañana -ya se ha convertido en una costumbre- he vuelto a formar parte de la interminable fila que tiene lugar,todos los días,frente a la oficina de desempleo.

Me he levantado a las siete en punto para estar allí lo antes posible y así,tratar de evitar el incómodo turno que te condena a permanecer,angustiosas horas,dentro de las instalaciones.

Cuando he llegado hasta sus puertas mi reloj marcaba las 7:45,y ya tenía más de una veintena de personas delante de mí.Pasados escasos diez minutos las inmediaciones del sitio se habían convertido en la escena que dejaba ver un cumplido ramillete de seres humanos (unos,más que otros),tumultuosamente agolpados en lo que damos en ser -para qué ocultarlo- todos los insolventes de Madrid.

Cientos de indivíduos,¿O quizá debí decir expedientes?,permanecemos de pie hasta las nueve de la mañana,en espera de la apertura del siniestro garito.Gente de toda condición y de la más variopinta ralea.De mejor o peor pelaje,aunque igualada aquí, bajo el gris de las primeras luces diurnas.

Casi todos los viandantes que cruzan sus miradas con las que emiten nuestros ojos,no pueden evitar pronunciarse en silencio.A veces con vehemente profundidad.Algunos,cartera en mano,se muestran orgullosos portadores de estabilidad laboral y nos observan de reojo con aire de suficiencia;otros,en cambio,los más,nos miran de través sin poder evitar un fugaz fruncimiento de ceño,no exento de cierto aire de conmiseración o de puntual tristeza,tal vez porque en su interior hayan barruntado,a solas,la posibilidad de que en breve sean ellos mismos quienes pasen a engrosar la fila de esta callada manifestación.

Una vez dentro de la delegación,tengo que hacer verdaderos esfuerzos para hacerme entender con la guarda de seguridad que han colocado en el recinto:una centroeuropea que apenas habla castellano y que presta servicio,en la entrada,para gestionar a los departamentos el número de turno solicitado.Espero,como está mandado,y una vez veo salir la cifra de mi papelito,paso a demandar la inscripción en los nauseabundos cursos remunerados que,a veces,gestionan desde esta puta administración.Duda certera de que,en esta ocasión como en tantas otras,exista alguna doctrina apropiada,sobre todo si tu nombre no ha sido marcado a dedo desde el estamento ocupado de su designio.Éste es mi caso.Por ello,termino por inscribirme en lo que me dejan,no sin antes soportar los impresentables modos y maneras de la funcionaria de rigor:una incompetente chupóptera que,a juzgar por el hedor que despide,parece conocer,únicamente de oídas,el invento de la ducha.La tipa andrajosa insiste en su desconocimiento acerca de las supuestas materias impartidas de las que le hablo y,me niega la mayor,hasta que le expongo cumplida fotocopia del asunto a tratar,antes conseguida -precisamente- en el servicio de tutorías que ofrece la misma entidad para la que trabaja.Al fin convencida,pero con mal gesto y peor talante,accede a dar cumplimiento a la solicitud,no sin antes advertirme de la prioridad que da paso a toda la plana mayor de otras tantas modalidades de pobres de solemnidad,antes que a la mía.

Una vez en mi casa,mejor dicho,en esa que tenemos "a pachas" el banco y yo hasta ahora;pues,no descarto la posibilidad de que acabe siendo solamente de él,me tiro rapidamente a comprobar -por eso de contar que me tiro a algo- las nuevas ofertas de empleo llegadas a mi correo.

Si no fuera tan encabronadamente desesperante,podría encontrársele al asunto hasta cierta chispa de comicidad.Tan pronto veo insertado mi currículum en demandas afines a mi experiencia,como lo encuentro expuesto a modo de reclamo en ocupaciones totalmente alejadas de mi preparación.Así,esta misma mañana he sido propuesta para el departamento de personal de empresas ofertantes en los siguientes puestos vacantes: Chapa y pintura(Oficial de 3ª),Mecánico de 1ª,Pintor industrial,Limpiador de centro público,Coordinador de mantenimiento eléctrico y Montador de tienda.Ahí es ná!,y yo con estas trazas y con estos pelos!...

En mi fatal designio,trato de hacer oídos sordos a mis intenciones de emular la acción de D-Fens en la película "Un día de furia".¡La luz en mí!,¡La luz en mí!,me repito a duras penas mientras consigo recabar el acopio de fuerzas necsario para fagocitar,esquivando el vómito,la relación de consignas recibidas en la mal llamada Tutoría de empleo.Insertas entre los renglones del documento viscoso,aparentemente ideado para motivación del personal -según versión del "manús" que me entrevista- aparecen referenciadas (Cito textualmente) tales aseveraciones:

- Estar abiertos a nuevas circunstancias del mercado laboral,que exige flexibilidad,polivalencia,movilidad geográfica a adaptación a los cambios.

- Ser consciente de que es muy difícil encontrar un trabajo con un salario que iguale al del último empleo.

- Explotar al máximo la red de contactos personales,ya que son la vía más eficaz para encontrar trabajo.

- Estar dispuestos a realizar cursos de reciclaje,sobre todo de nuevas tecnologías.Llegado el caso,aceptar un trabajo que no coincida con lo que esperabas y seguir buscando.

Una vez tragado -que no digerido- todo el contenido del panfleto,acierto a salir del nuevo recinto todo lo rápido de puedo;pues,por eso de hacer más honda y profunda la herida,además,resulto convocada en las dependencias de un colegio religioso.Me largo de allí,no sin antes pronosticar mis peores augurios al asistente social que me había tocado en suerte.En principio,solo por ser portador de algunos de los más estúpidos ademanes de paleto prejuicioso.Al final,cómo no,por el repulsivo modo en que comienza a timarse conmigo alabando mi dicción y,más tarde hace lo propio a propósito de lo que esta gentuza se permite tildar de "buena presencia".Para muchos,"carne blanca";ya se sabe.

Por tratar de impedir alargar más la crónica que lleva consigo mi desaliento,acierto a admitir que no poseo interpretación alguna para el mapa de la senda de los elegidos.Lo cierto es que si nunca se me mostró propicio,la actual situación,si ello es posible,para mí no pinta colmada de opciones ventajosas.Con ánimo de reflotar el barco de las desdichas,no descarto llegar a vender la casa en la que vivo,origen de mis más abundantes lágrimas o,peor que eso,tener que llegar a "pulir" la biblioteca familiar,acopio de ejemplares reunidos con tanto amor,para terminar por dejarla,ahora,a cambio de una miseria,en manos de mercachifles libreros.El tiempo corre a contra favor.Hay que decidirse.De lo contrario,y casi como única opción viable,siempre podré acudir a ganarme la vida como prostituta de la Casa de Campo.Digno oficio.No cabe duda que cuento con la experiencia necesaria.No represento a la excepción entre tantos otros talantes fronterizos.Estoy más que acostumbrada a recibir envites,casi siempre por detrás.Yo diría que,al menos,en esta materia podría competir con una nota nada desdeñable.A decir verdad,los que acarrean a sus espaldas la desdicha de albergar un Pepito Grillo en su interior,estoy en el convencimiento de que no llegarán a conocer - o no conoceremos -otra cosa que éso.Pero mientras...

domingo, 3 de agosto de 2008

La fiebre amarilla


En los tiempos que corren, aquel que no se precie de llevar encima una cámara digital de última generación,a cualquier hora y en cualquier circunstancia del día o de la noche,ya puede darse por perdido.Es prácticamente como si no existiera,no está en la onda,por eso de no mostrarse afín con el panorama que marca la generalidad.El tema consiste en trasladarla y hacer uso de ella,allá donde vaya uno,venga o no venga a cuento,a fin de inmortalizar las pocas o muchas peripecias,públicas o privadas que se tengan,con la única finalidad de ser expuestas,casi siempre a bocajarro,y sin el menor miramiento, al sufridor respetable que se tenga más a mano.En eso consiste.

Desde hace algunas semanas,no paran de recibirse en casa,casi a diario,multitud de correos enviados por un primo lejano al que ni siquiera conocemos.Según me cuentan,ahora convertido en un tiburón mediático dentro de la campaña electoral Obama-Clinton.¡Menudo fichaje!.Es un menda al que no hemos visto en nuestra vida,no conocemos ni su voz,mucho menos a su familia,y,no acertamos a entender qué puede llevar a nadie a exhibir su vida,por capítulos,delante de nuestras miradas.No para de obsequiarnos con instantáneas repetitivas e insulsas de sus viajes por todo el recorrido paisajístico de Estados Unidos,y tampoco se corta un pelo haciéndonos receptores de las de su último periplo por la India.En todas las fotos que nos hace llegar aparece él,en destacado primer plano,de forma que,ya podría contarte lo que quisiera a propósito del fondo de paisaje,que si no hiciéramos un esforzado acto de fe,daría lo mismo.Practicamente nada resulta reconocible.La mayoría de las tomas podrían pertenecer a cualquier lugar del mundo,pero se ve que el susodicho disfruta a placer haciendo alarde de sus marcopoladas y ha debido ir ampliando el círculo de sus víctimas hasta llegar a dar con nosotros...¡Qué desgracia!.

Creo que no voy a llegar a recuperarme de la profusión postalera cuando,algo me dice que,en breve,habré de aguantar,al menos,otra embestida similar.Quien yo me sé,ya ha amenazado con ilustrarme con las fotografías de su escapada más reciente.Solo puedo apelar a la piedad que ella no tiene más que para sí y,al menos,verme eximida de contemplar los vídeos vacacionales de su detestable familia.No sería la primera vez que me veo conminada a padecerlos -incluso ha pretendido grabarme a mí-,para acabar por conseguir sitiarme con toda la colección de su "parada de los monstruos" particular.¿Es que a tí no te gusta viajar?,me pregunta.Naturalmente que me gusta,pero no encuentro la necesidad de exponer mi intimidad a todo bicho viviente,si acaso no fuera con la única intención de alardear de status o de pretender "tirarme el folio" a cuenta de las visitas.Pero que no,oiga!,esto parece entenderlo poca gente.Los hay que,sin consulta previa (total,¿Para qué?),deciden largarte primero las predecibles fotos de su boda;que,la verdad,en la mayoría de los casos,por no decir en todos,bien podrían guardar bajo siete cerrojos.Claro,una vez hecho el gasto,ahora deben amortizarlo a costa de los ocasionales indefensos.Luego están los que irremediablemente te asaltan con el book de sus crías de mandril,a fin de testimoniar su reciente paternidad;por último,los que te exponen las mil posturas y poses de sus entrañables mascotas.Y,no pongas mala cara jamás ante tal exabrupto óptico.Podrían acusarte de falto de sensibilidad,de escéptico y hasta de envidioso...Si lo sabré yo.

"El último berrido",como apunta otra conocida:tipa poseedora de un elenco fotográfico que dejaría sin pena ni gloria al del mismísimo Tod Browning;a modo y manera del que exponen su obra,vida y milagros,en forma de materia gráfica,en muchas de sus páginas webs o blogs de esos que pretenden estar a la última.Así todo el mundo puede tener conocimiento certero de su encantadora vida social,amén de sus logros personales y,cómo no,de sus interesantes escapadas señeras.Todo muy natural.Muy moderno.Muy cosmopolita.Muy de hoy...Vivido a modo trepidante.

¡Qué bello es vivir atrapado,a cada paso,por este landismo milenario!;espejo,una vez más,de la reinante horterada nacional de este exasperante país,hasta donde uno pueda llegar a dirigir su mirada.También en esto,estamos en minoría ante tan numerosos portadores del virus de la fiebre amarilla.Forzados a soportar,tan sólo por su causa,los síntomas y hasta las consecuencias de su mal.Como siempre,vamos!.

domingo, 20 de julio de 2008

Las anti-Hellman


Echando un vistazo por mi entorno más inmediato acierto a discernir -siempre dentro de mi particular entender,claro-hasta llegar a la conclusión del irreparable menoscabo que,con seguridad,han venido efectuando las recientes filmaciones a propósito del mal entendido modelo femenino.Ninguna treintañera que yo conozca aspira ya a establecer sus más altas miras para llegar a convertirse en una Lillian Hellman o una Angela Davis cualesquiera,no.Las chicas en edad de merecer se inclinan en establecer para sí un patrón de conducta mucho más cercano al expuesto en la serie televisiva "Sexo en Nueva York",que tanto daño ha hecho y,que a tantas mantiene vivas en lacerante obsesión.Y,no parece que vengan a dolerles prendas.En un momento en que se vende a cada paso la realización profesional (géneros aparte),la mujer de nuestro tiempo aspira a construirse idéntico parámetro de triunfo que el que hasta ahora ha venido representando al hombre invicto,o eso dicen.Lo quiere todo al precio que sea;eso sí,sin renunciar al cuento de la princesita rosa y,además,jugando a emular el papel de la fémina sexualmente liberada,sin renunciar a estar en el mercado de la carne;pero,tratando de mantener,a la par,un inconsecuente halo de respetabilidad.Sus aspiraciones sentimentales pasan irremediablemente por la circunstancia de hacer una buena boda,celebración de no menos de cien invitados,traje de firma incluído o,en su defecto,en llegar a convertirse en la soltera mamá moderna que,dentro de unos años habrá pasado a ser la abuela de su propio bástago.Ha querido crear en su imaginación un parámetro de varón,que no existe,atribuyendo a éste todos y cada uno de los males de la humanidad.Si bien,no le faltan razones en este sentido,tampoco parece justo volcar sobre los hombres la responsabilidad del caos establecido,de cabo a rabo,en el universo.Cada quíen es presa de sí mismo y de sus limitaciones.Mantengo que las mujeres,en terreno emocional,han optado por igualarse a los hombres por el más bajo rasante.Al fin y al cabo,tal vez,en el fondo no existan diferencias consustanciales.Mientras ellos exponen su mal entendida virilidad con el consabido rollo falócrata,llaves en ristre de un "buga" último modelo;las mal llamadas "señoras" apilan zapatos y aderezos de última generación para facilitar la maniobra del cortejo,tal y como lo hacen determinadas especies de la fauna no racional;aunque,más tarde,nieguen tales estratagemas y aseguren buscar,sobre todas las cosas,el amor eterno.Se reúnen para hablar de "cosas de chicas" en encuentros que nunca he acertado a comprender,en los que se mienten descaradamente,unas a otras,en falsas loas encubridoras de las más verdes envídias,para acabar siempre por sacar la piel a tiras a todos aquellos que les han abandonado o,no eran lo suficientemente buenos para sus engoladas peripecias;sin llegar a plantearse ni por un momento,si acaso,fueran sus melindrosas poses las que no llegaran a cubrir expectativas en sentido contrario.

Ahora está de moda,según me cuentan,como retazo de relaciones pintorescas,llegar a hacerse con la connivencia de un amigo gay,a quien muchas han decidido exhibir casi como un trofeo de guerra (no entiendo como éstos se dejan),por eso de que dicen que dá caché y viste abundantemente el hecho de ser acompañada por él en determinados trámites relacionados con la estética.Para muchas,la amistad de un varón homosexual no cuenta en sí misma como un afecto desinteresado entre seres humanos.Marca la finalidad de otorgar un toque exótico en su tedioso devenir hasta el matrimonio.Me apuntan que algunas llegan incluso a perseguirlos por los garitos de Chueca,para establecer contacto forzado con los varones habituales de ese sector.Con seguridad,son las mismas que utilizan remilgados efemismos para no llamar nunca a las cosas por su nombre real;haciendo comedia cual una mala actriz a quien se le da bien hacerse la interesante,modulando sus gestos y su voz cuando se encuentran delante de señores que casi nunca lo son.No puede decirse que sea un pequeño ramillete de estas aldeanas urbanitas a las que he llegado a conocer en tan sonrojantes prácticas,sin entender jamás como pueden ser capaces de establecer la facultad de mantener por tanto tiempo el telón arriba;hasta que un día,hablando de ésto con un amigo me dijo que el quick de la cuestión está en que ese tipo de mujer es el que hace sentir listos hasta a los hombres que no lo son.Y,eso es lo que ellos necesitan.Lo que les gusta.Supongo que tenía razón;sin duda son esas mujeres las que llegan a alcanzar reconocimiento profesional sin esfuerzo alguno,haciendo gala de retorcidas armas,únicamente efectivas para lerdos;todo ello,sin llegar a "mojarse" en cualquiera de las situaciones ajenas a su calculadora consecución.Imposible de todo punto establecer con ellas la menor o más peregrina conversación de corte político.Se escudan,se parapetan y no exponen con claridad las aviesas intenciones que únicamente sitúan su meta en la posibilidad de medrar adecuadamente,dónde,y,a costa de lo que sea;ahora -eso sí-,si acaso fuera menester,acertarían raudas,veloces y,sin pestañear,a enunciar la relación detallada de últimos productos de la colección Christian Dior,a pesar de que nunca puedan llegar a pagarla.A esas paridas impuestas por la sociedad de consumo,sí les prestan atención.Ya,una vez casadas,me consta que engañan a sus parejas en todo aquello que pueda suponer diferencia de opinión.Les dan a ellos la razón,como a los locos,para acabar por hacer en la trastienda lo que les viene en gana,sin dejar de mantener la impertérrita carita de "yo no fuí".Por fuerza,su anuncio reclamo pasaría por la más egoista exigencia:"Mujer blanca busca cuento de hadas,con tintes de mass media, dentro del considerado prestigio social que rige el sistema para lo políticamente correcto;asimismo equiparado,en condición y apariencia,al dinero invertido en el guardarropa de mis más íntimas amigas". Sólo ellas han conseguido lo que nadie,y,es que,hasta en algunas ocasiones,acabe por entender a ese enigma llamado Hombre.

lunes, 21 de abril de 2008

Madrid - Vetusta

Miedo me da asomar la patita más allá del rellano de la escalera.Allí se encuentra agazapado el portero de la finca:un indiscreto al que todos tildan de campechano.Ya,de por sí,la denominación me produce cierto revoloteo de estómago,por eso de que es el apelativo más empleado para definir al rey de sus Españas.En este santo lugar,por calificar de alguna manera a la comunidad vecinal que me ha tocado en suerte,el rey de la casa es él:el portero.Toledano,por más señas.El mismo que se pavonea con aires de señor imprescindible y tiene fama de ser un tipo servicial (otro término con el que tampoco comulgo).Se ha ganado a pulso los falsos vítores de la vecindad a costa de hacer recados personales a los inquilinos más relevantes del edificio,entre los que por descontado,se cuenta al presidente de la comunidad:un personaje abyecto con el que,afortunadamente no he tenido oportunidad de coincidir demasiado.La primera vez que lo hice,casi me empuja para ser el primero en pasar al ascensor.Enseguida se excusó,diciéndome que él estaba acostumbrado a ser siempre el primero en todo.(Es de León).Como tengo fama de indómita,allá por donde paso,evité pronunciarme al respecto,¡Total,¡Qué más dá tener que tragar con un nuevo atropello!...Pienso yo,en uno de mis tantos delirios,acerca de la irritante facilidad con que vienen a conjugarse los elementos,en mi contra; cómo pretenden privarme de la escasa calma que aún pueda quedarme.Ya sé que en todas las casas existe algún que otro personaje detestable;pero,aseguro que ésta se lleva la palma.Soy nueva en la finca.Llevo poco más de un año conviviendo con esta piara burguesa y,a pesar del paso del tiempo,no acabo de sentirme cómoda,ni a tiros.Era de esperar.

La figura del conserje de finca,la verdad,nunca ha contado con mi aprobación.Tener a un menda parado, la mayor parte del día, haciendo maquetas o,jugando a los marcianitos en la red que,además pagamos todos,no es que me haga demasiada gracia.¿Soy la única que no entiende el rollo éste de vivir con el amo del calabozo y,además no tiene necesidad de ser reverenciada?. Me pone del peor café el cotilleo de lechuza perenne del tío.Siempre ahí,clavado,¡Qué luego dicen de las mujeres!,dispuesto en cualquier momento a hacerte el repaso diario.Como no le doy "palique",aunque me tire de la lengua, y,aún no me tiene catalogada,supongo que mi aspecto le dará tela que cortar a él y al resto de los lugareños,a juzgar por sus miradas de soslayo y los sonidos guturales,emitidos por más de uno,a modo de saludo.No hay nada que pueda joderme más,(he querido decir,sentarme peor)...Unas horas después de la recalada de la tarde,a mi vuelta me esperan,como cada día, los gritos ensordecedores de los niños ajenos que,parece como si de un momento a otro fuesen a trepar por el patio de luces,hasta mi ventana.Son los hijos de las mamás que antes han estado indagando sobre mi estado civil y mi profesión,.¡Ahí es nada!...campo abonado para el crecimiento de nuevas desdichas.Lo sé porque antes me lo ha contado el "nota toledano" mientras yo,me encomendaba a todos los santos en que no creo, para que el ascensor llegase lo antes posible.Intentaba sonsacarme la pertenencia de un nombre que podía leerse en la entrega de una de mis láminas enmarcadas.Con toda seguridad,querría añadir el dato a la ficha de mi dossier.Y va,y me larga de corrido lo mucho que le gustó mi casa - la que tengo "a pachas" con el banco - ,y me recuerda,de nuevo,que no la ha visto terminada.Al señor Vetusto se le acabó el chollo de fisgonaer en su interior desde que,al fin,desaparecieran los ladrones de Alí Babá que yo había contratado para terminar de destrozarla.

Hace apenas unos meses que me he mudado a pocas manzanas de Lavapiés y, ya siento como si hubiese sido defenestrada de allí para siempre.¡Bendito bullicio!,¡Con lo feliz que estaba yo moviéndome entre sus calles!,donde pasas totalmente inadvertido hagas lo que hagas.Se me han acabao los mojitos del "Eucalipto",las filloas de langostinos y el ansiado anonimato.Salvo raras excepciones y,a poco que uno sea mínimamente observador,nadie me quita de la cabeza que hay muchas Vetustas en Madrid,aunque éste no fuese el escenario inicial de "La Regenta"Yo diría que se encuentran,(en palabras de,la actriz Victoria Abril,a los periodistas),como las mierdas de la calle:a cada paso.Hay una dentro de cada opositor a funcionariado;otra bajo la filosofía de vida de cada uno de los propietarios de restaurantes autonómicos de la capital.Vetusta hace tiempo que ha echado raíces en el entramado feroz de nuestros centros oficiales.Vetusta está en aquel que,sin el menor recato y,sin que tú le hayas dado motivo aparente,se permite lanzarte una mirada insidiosa y desagradable,propia del mayor de los catetos.Parece que dan en perderse las formas de cortesía más elemental,aquí,en el epicentro de este país,aldeano en su mayoría.Me río yo,por reirme de algo,de la libertad que dicen disfrutar,por nuestras calles,muchos de los que llevan tanto tiempo transitándolas.Es posible que sean los únicos que se sirvan de la independencia que dice brindar esta ciudad.Lejos de sus localidades cuajadas de cotillas y destripaterrones,como ellos,aquí han hallado terreno enriquecido para su disfrute.Celebran en plena Plaza Mayor sus sones regionalistas.Osan tildarse de madrileños mientras chismorrean con sus iguales de los usos y costumbres de la vecina del quinto o,de cómo se arregla últimamente una reciente viuda;preguntándose y pregúntandote, sin pudor, de dónde sacas pa tanto como destacas.Puede vérseles,en manada,acudir al centro comercial de la bolsa verde y blanca.Éste es un dato que no falla.Hasta allí se acercan las cincuentonas provincianas con intención de exhibir sus tarjetas de crédito y,de paso,comprar el modelito de stock de un conocido diseñador; una forma,como otra cualquiera,de quitarse los complejos.La mía,siempre que pueda hacerlo,será la de permanecer en mi guarida,a salvo de preguntas indiscretas y demás mamonadas de malentendida cortesía social.

Observen,todos,en lo que la mayoría de los foráneos han convertido Madrid.En la actualidad,no muy diferente de las descripciones que apuntaba Larra en sus artículos costumbristas.Recuerdo ahora una demoledora cita de Benavente,que decía algo así:"Al madrileño no le gustan los oficios en que tenga que mandar o ser mandado".No iba descaminado.Nuestra particular idiosincrasia irremediablemente ha terminado por favorecer éstos y otros infortunios.Hemos dejado tanto hueco que,como era de esperar,...Perdón,llaman a la puerta.¡No me lo puedo creer! ¡Es el portero!.