lunes, 21 de abril de 2008

Madrid - Vetusta

Miedo me da asomar la patita más allá del rellano de la escalera.Allí se encuentra agazapado el portero de la finca:un indiscreto al que todos tildan de campechano.Ya,de por sí,la denominación me produce cierto revoloteo de estómago,por eso de que es el apelativo más empleado para definir al rey de sus Españas.En este santo lugar,por calificar de alguna manera a la comunidad vecinal que me ha tocado en suerte,el rey de la casa es él:el portero.Toledano,por más señas.El mismo que se pavonea con aires de señor imprescindible y tiene fama de ser un tipo servicial (otro término con el que tampoco comulgo).Se ha ganado a pulso los falsos vítores de la vecindad a costa de hacer recados personales a los inquilinos más relevantes del edificio,entre los que por descontado,se cuenta al presidente de la comunidad:un personaje abyecto con el que,afortunadamente no he tenido oportunidad de coincidir demasiado.La primera vez que lo hice,casi me empuja para ser el primero en pasar al ascensor.Enseguida se excusó,diciéndome que él estaba acostumbrado a ser siempre el primero en todo.(Es de León).Como tengo fama de indómita,allá por donde paso,evité pronunciarme al respecto,¡Total,¡Qué más dá tener que tragar con un nuevo atropello!...Pienso yo,en uno de mis tantos delirios,acerca de la irritante facilidad con que vienen a conjugarse los elementos,en mi contra; cómo pretenden privarme de la escasa calma que aún pueda quedarme.Ya sé que en todas las casas existe algún que otro personaje detestable;pero,aseguro que ésta se lleva la palma.Soy nueva en la finca.Llevo poco más de un año conviviendo con esta piara burguesa y,a pesar del paso del tiempo,no acabo de sentirme cómoda,ni a tiros.Era de esperar.

La figura del conserje de finca,la verdad,nunca ha contado con mi aprobación.Tener a un menda parado, la mayor parte del día, haciendo maquetas o,jugando a los marcianitos en la red que,además pagamos todos,no es que me haga demasiada gracia.¿Soy la única que no entiende el rollo éste de vivir con el amo del calabozo y,además no tiene necesidad de ser reverenciada?. Me pone del peor café el cotilleo de lechuza perenne del tío.Siempre ahí,clavado,¡Qué luego dicen de las mujeres!,dispuesto en cualquier momento a hacerte el repaso diario.Como no le doy "palique",aunque me tire de la lengua, y,aún no me tiene catalogada,supongo que mi aspecto le dará tela que cortar a él y al resto de los lugareños,a juzgar por sus miradas de soslayo y los sonidos guturales,emitidos por más de uno,a modo de saludo.No hay nada que pueda joderme más,(he querido decir,sentarme peor)...Unas horas después de la recalada de la tarde,a mi vuelta me esperan,como cada día, los gritos ensordecedores de los niños ajenos que,parece como si de un momento a otro fuesen a trepar por el patio de luces,hasta mi ventana.Son los hijos de las mamás que antes han estado indagando sobre mi estado civil y mi profesión,.¡Ahí es nada!...campo abonado para el crecimiento de nuevas desdichas.Lo sé porque antes me lo ha contado el "nota toledano" mientras yo,me encomendaba a todos los santos en que no creo, para que el ascensor llegase lo antes posible.Intentaba sonsacarme la pertenencia de un nombre que podía leerse en la entrega de una de mis láminas enmarcadas.Con toda seguridad,querría añadir el dato a la ficha de mi dossier.Y va,y me larga de corrido lo mucho que le gustó mi casa - la que tengo "a pachas" con el banco - ,y me recuerda,de nuevo,que no la ha visto terminada.Al señor Vetusto se le acabó el chollo de fisgonaer en su interior desde que,al fin,desaparecieran los ladrones de Alí Babá que yo había contratado para terminar de destrozarla.

Hace apenas unos meses que me he mudado a pocas manzanas de Lavapiés y, ya siento como si hubiese sido defenestrada de allí para siempre.¡Bendito bullicio!,¡Con lo feliz que estaba yo moviéndome entre sus calles!,donde pasas totalmente inadvertido hagas lo que hagas.Se me han acabao los mojitos del "Eucalipto",las filloas de langostinos y el ansiado anonimato.Salvo raras excepciones y,a poco que uno sea mínimamente observador,nadie me quita de la cabeza que hay muchas Vetustas en Madrid,aunque éste no fuese el escenario inicial de "La Regenta"Yo diría que se encuentran,(en palabras de,la actriz Victoria Abril,a los periodistas),como las mierdas de la calle:a cada paso.Hay una dentro de cada opositor a funcionariado;otra bajo la filosofía de vida de cada uno de los propietarios de restaurantes autonómicos de la capital.Vetusta hace tiempo que ha echado raíces en el entramado feroz de nuestros centros oficiales.Vetusta está en aquel que,sin el menor recato y,sin que tú le hayas dado motivo aparente,se permite lanzarte una mirada insidiosa y desagradable,propia del mayor de los catetos.Parece que dan en perderse las formas de cortesía más elemental,aquí,en el epicentro de este país,aldeano en su mayoría.Me río yo,por reirme de algo,de la libertad que dicen disfrutar,por nuestras calles,muchos de los que llevan tanto tiempo transitándolas.Es posible que sean los únicos que se sirvan de la independencia que dice brindar esta ciudad.Lejos de sus localidades cuajadas de cotillas y destripaterrones,como ellos,aquí han hallado terreno enriquecido para su disfrute.Celebran en plena Plaza Mayor sus sones regionalistas.Osan tildarse de madrileños mientras chismorrean con sus iguales de los usos y costumbres de la vecina del quinto o,de cómo se arregla últimamente una reciente viuda;preguntándose y pregúntandote, sin pudor, de dónde sacas pa tanto como destacas.Puede vérseles,en manada,acudir al centro comercial de la bolsa verde y blanca.Éste es un dato que no falla.Hasta allí se acercan las cincuentonas provincianas con intención de exhibir sus tarjetas de crédito y,de paso,comprar el modelito de stock de un conocido diseñador; una forma,como otra cualquiera,de quitarse los complejos.La mía,siempre que pueda hacerlo,será la de permanecer en mi guarida,a salvo de preguntas indiscretas y demás mamonadas de malentendida cortesía social.

Observen,todos,en lo que la mayoría de los foráneos han convertido Madrid.En la actualidad,no muy diferente de las descripciones que apuntaba Larra en sus artículos costumbristas.Recuerdo ahora una demoledora cita de Benavente,que decía algo así:"Al madrileño no le gustan los oficios en que tenga que mandar o ser mandado".No iba descaminado.Nuestra particular idiosincrasia irremediablemente ha terminado por favorecer éstos y otros infortunios.Hemos dejado tanto hueco que,como era de esperar,...Perdón,llaman a la puerta.¡No me lo puedo creer! ¡Es el portero!.

4 comentarios:

EMNM dijo...

Anda! esa foto me suena, imagino que te unes a mi estéril lucha para la erradicadión de la Z, es MadriD o Madrí, no Madrizzzz

http://esmadridnomadriz.blogspot.com/2007/10/con-d-de-madrid.html

cuantos más seamos mejor ;)

Carlota Garcinúñez dijo...

A Matritensis:

Me uno,me uno... a todas las luchas estériles.Es mi sino.

Saludos,

Carlota.

Anónimo dijo...

Pues aquí tenéis a otro compañero irredento de luchas imposibles, la de la horrible Z, la de las mil vetustas que amparan nuestras comunidades burguesas de vecinos y que tan bien describes, querida amiga, porque tan bien conoces, por desgracia. Rojo, maricón, ateo (utilizo exprofeso los epítetos con que ELLOS me regalan por lo bajo), puedes imaginar hasta qué punto me conozco el percal... y la percalina. Gracias por estar ahí y seguir luchando.

Carlota Garcinúñez dijo...

Estoy de nuevo aquí,amigo,y de puro milagro,cual en el tango que viene marcando mi vida.No sé si realmente para,como apuntas,seguir luchando.

¿Adivinas los adjetivos con que me adornan,a mí,propios y extraños?...Ya es tarde para aparentar ser la dócil fémina,siempre políticamente correcta.Mientras,¡A joderse tocan!,y a aguantar a la gran mesnada de cretinos florecientes a cada metro cuadrado.Éso sí,al menos evito claudicar.No sabría hacerlo de otro modo.

Salud,

Carlota.