lunes, 17 de marzo de 2008

En los felices ochenta



Al salir de casa,la otra tarde,me cruzé con una cara conocida.A simple vista no conseguía saber de quien se trataba.Andúve un buen rato comiéndome la cabeza,buceándo en mi pasado,tratando de hallar la identidad del sujeto.Una y otra vez,jugueteaba en mi imaginación con su fisonomía,hasta que al fin diera con el resultado del enigma.No era de extrañar que no le hubiese reconocido.Estaba realmente cambiado.Ya no era el adolescente de tupé que esperaba cada tarde, sentado en el pollete del Instituto Cervantes.Es lógico que yo echara a faltar en él ese detalle característico.El estudiado flequillo que luciera veinte años atrás,había desaparecido para dejar aposentada,como única cubertura de su cabeza, una microcabellera rala.Su frente tenía ahora más entradas que la carretera de La Coruña.
Efectivamente,era Uge.Diminutivo de Eugenio.El tipo se hacia llamar así,supongo que con la intención de otorgar mayor empaque a su imagen de "buen chico duro".Era,por entonces,novio de Patricia,una rockera tan antipática como conocida en el centro educativo;principalmente por la abnegación que el chico le profesara,pues la esperaba en la calle cada tarde,como un clavo,hiciera sol o nevara.Más tarde me enteraría por amigos comunes de que "la peligrosa",después de separarse de él,le habría dejado temblando la cuenta bancaria,además de levantarle una valiosísima colección de discos.No me sorprendió en absoluto.La verdad es que se veía venir...
El caso es que,al verle,comenzé a recordar a algunos personajes de aquella época de los ochenta que ahora parece tan lejana.Lugares,escenas y situaciones que ya creía olvidadas,venían a superponerse en un intento de nebulosa vital fallida,pues la protagonista de todo eso,ya no era yo;sabeedora de que esas historias,de tiempo atrás,quizá ya ni siquiera me pertenecen.
A pesar de compartir indumentaria e inquietudes musicales con Uge y Patricia,jamás tuve relación con ellos que fuera más allá de un mero saludo de cortesía.Ambos eran amigos de otros colegas rockers que había en el instituto.Algunos de sus componentes eran los artífices de un modesto grupo musical llamado "Jesús y los locos romanos".Su vocal,un jovencito enclenque y picado de viruela,despertaba por entonces mis instintos más voraces;pero,confieso que siempre hube de conformarme con mirarle cuando nos cruzábamos por los pasillos.Su mejor amigo era "El Guti": el batería del conjunto.Éste sí que era un indivíduo digno de mención.Pequeño,diminuto diría yo.Todo su chulesco talante se perdía entre el encrespado de su flequillo y los diminutos zapatos de Frankie,que a diario luciera.Parecía como sacado del croma de promoción de "West side story".Fumaba "Carabelas" y,tenía unos enormes ojos azules que sabía entornar como nadie.
Todos estos rockeros,junto con algún que otro mod,y los muchos heavys y punkys que entonces animaban el cotarro,le daban al paisaje del patio escolar un toque colorido.Era cuando todavía se celebraban fiestas en el patio de columnas.Cuando el bar de Mundi,era el bar de Mundi;y,comprábamos bocatas para compartir y cigarrillos sueltos,y sobre todo, hacíamos de él el lugar para escaparnos de pellas.Todo eso sucedía antes de que colocaran enrejados en las ventanas del edificio,para evitar que los alumnos descansáramos allí entre horas.Antes de que prohibieran las cañas y,hasta el tabaco.Antes de que pusieran veto a las celebraciones.Antes de que impusieran censores y guardias de pasillo,al estilo de la usanza yanqui.
En esos días,la maravillosa inconsciencia de la edad nos llevaba a pensar (a los que teníamos la costumbre de hacerlo),en la existencia de ¡tantas ilusorias oportunidades!. Las mismas que,poco tiempo después,pasarían inevitablemente a convertirse en humo.Arrastrábamos,sin querer, un poco el legado de "Llevar la imaginación al poder",heredada del 68 francés,y la inevitable locura de los quince.Ya saben,..."La juventud es una enfermedad que se cura con los años".
Corría el verano de 1985.Yo tenía telarañas en los bolsillos,y unos padres excesivamente miedosos.O,al menos,eso me parecía a mí.Siempre había movida en casa por causa de la hora de llegada.Mis horarios estaban más apretados que un viaje en metro,en hora punta.Aún así,yo hacía lo posible por encontrar un hueco para saltarme a la torera la normativa. Después,en lo sucesivo, ésta ha venido siendo mi máxima de conducta...¡Y,así me ha ido! Como las chicas buenas van al cielo y yo, ya lo tenía perdido;optaba por tratar de ir a todas partes.
Con la hora pegada en el culo,habitualmente,me escapaba a tomar el aire - pues,otra cosa habría sido imposible - ,al King Creole : Un antro rockero,enclavado entre las calles de San Vicente Ferrer y de La Palma.El sitio,tenía para mí un toque exótico.Incluso ahora,mirado con distancia, creo que lo tendría aún más.En estos días en que la juventud aparenta ir uniformada por las calles,aquel reducto parecería hoy insólito de contemplar en el panorama actual de la noche madrileña.Lo cierto es que el garito resultaba realmente cañero.
Al igual que una pequeña multitud de chicas de mi tiempo,yo iba cambiando mi aspecto de camino hacia la calle.Lo hacía nada más salir.En casa de alguna conocida,me daban cuartelillo para guardar lo que en la mía habrían denominado como ropa "no apta".Para mi padre ése era otro de sus interminables dilemas.El primero de todos ellos,según él : la paradoja de que la vida le hubiera castigado con el hecho de haber concebido féminas,en vez de hijos varones.Del mismo modo que durante nuestra infancia se mostrara como un padre modelo,al llegar la pubertad,nuestros cambios le tenían desconcertado,descentrado diría yo.El adalid de la progresía,sobre todo en lo tocante a libertades individuales - más cuando se trataba de circunstancias ajenas - se transformaba en un roth wailler,al acecho,en todo lo referente a sus vástagas.El jari estaba servido a diario,entre otras cosas,por mi forma de vestir.
Mi hermana,más moderada y acomodaticia y,sobre todo mil veces más lista que yo;no tenía tantos problemas en este sentido.Pero lo mío - en palabras de mi viejo - ,era " de juzgado de guardia".Ponerme la falda de capa,los cancanes,los "buguis" , las medias de red,y por supuesto pintarme las uñas de negro,eran motivo sobrado para que él se pusiera de idem. ¡Jóder con los rojos!,pensaba yo...tan ridículamente inquietos por el que dirán.Supongo que ésta no era su principal preocupación pero,a pesar de todo,me decía:"¿Tú te has visto?... Eres la única,de todo el barrio,que va con esas pintas".Ya ves,¡como si el aderezo físico fuera el principal distintivo!.A decir verdad, mantengo que el farolillo rojo se lleva en la frente,o no, vaya uno desnudo o vestido.Y eso,sí que es inevitable.
En los felices ochenta,volábamos a los conciertos que facilitaba Tierno en el Paseo de Camoens. Bailábamos y reíamos escuchando a "Loquillo",a "Los Rebeldes",a la "Mongragón","La Frontera","Alarma" o "Rosendo",etc...Sí,es cierto que la calle estaba difícil,pero en una ciudad como Madrid siempre lo está.Los fines de semana solíamos acudir a la discoteca Star,cerca de la Plaza de Santo Domingo.Allí se reunía buena parte de la comunidad Mod y de la rockera de la capital.Allí hacíamos el gilipollas,unos y otros,observados de cerca por los guardianes del local : dos enormes africanos que,con un golpe de vista,hacían imponer la ley y el orden en el recinto.Allí aprendimos a bailar Rock & Roll con la música de Jerry Lee Lewis,Stray Cats o Chuby Checker.Apurábamos el tiempo con las baladas de Elvis y de Peggy Lee y,nos recogíamos después del pase de tarde,con la melodía de "Camarera de mi amor",de Machín.Ése era el toque de queda para indicar que el antro se cerraba a los jóvenes.Antes de llegar a Star,habíamos pasado más de una hora pidiendo duros en la puerta del metro,hasta llegar a completar la pasta que nos hacía falta para poder acceder al interior.Mi viejo,investigador nato; conocía mejor que nadie el percal de mis incursiones callejeras.Por eso,se desesperaba.
Hace muchos años que he perdido de vista a toda esa gente.Lo único que conservo de esa época es una limitada colección de discos y, un gusto algo peculiar en el vestir,más asemejado a una mujer de los cincuenta,que a la moda que me ha tocado vivir.Cuando paso cerca del instituto,me resultan absolutamente ajenas la indumentaria y maneras de la juventud que lo circunda.Efectivamente,parecen estar a años luz de lo que éramos nosotros.
El cantante de "Los locos romanos" está muy bien situado,ahora.Vive en un barrio caro,de Madrid. Seguro que tampoco conserva ya su tupé.Me consuelo pensando que,como soy una consumada fetichista,ya no me interesaría.El "Guti",que llegó a formar un fugaz grupo de Rock; sobrevive,a duras penas,poniendo copas en los baretos de Lavapiés.Cuando coincidimos,ni siquiera me reconoce.Prefiero pensar que no es porque yo esté tan acabada,sino porque con seguridad presento una apariencia totalmente distinta.Me entristece decir que él sí a perdido el brillo de sus ojos,así como sus ínfulas chulescas.
Las colegas de aquellos años ahora están casadas y,la mayoría, son madres de familia.Todavía me cruzo,de vez en cuando,con alguna de ellas.Tampoco saben quén soy.Patricia y su hermana (las superrockeras del Cervantes) están actualmente orondas,tras haber parido a sus bebés.Ya no hay conciertos como aquellos de la Casa de Campo.King Creole y Star, ya no existen.Y,para escuchar buen Rock & Roll debes asistir a un concierto-recuerdo o colocarte un vinilo en el salón de tu casa.Me debato en la respuesta de saber qué puede,a mi juicio, resultar más deprimente.
Sin duda,en lo que a mi pasado juvenil se refiere,suscribo una de las frases del irrepetible Groucho Marx ."Mi juventud...Pueden quedarse con ella".
Al menos,como guiño,coloco aquí una portada de disco de los Stray Cats.La coña es que,ahora,sí que soy un calco de la muñeca dibujada.En cuanto la vean, servirá de cachondeo a cuantos me conocen.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Solo quiero postear para dejar claro que el dibu no te hace justicia (doy fe de ello) princesa.
El artículo soberbio como siempre, permitiéndonos tirar "palante" a tus fans incondicionales entre risas lloros y nostalgias.
Besos de tu más ferviente admirador del "instiputo" sin tupe sin pelo y con más napia que nunca

Carlota Garcinúñez dijo...

¡Muchas gracias,chaval!.Aunque una ya va teniendo sus años,en estos días de "bajón",el cumplido no cae en saco roto.
Besos,
Carlota.

EMNM dijo...

Hmmm, me parece que nos hemos cruzado mil veces, ¡si es que no nos conocemos!
Los locales a los que iba en aquellos años eran el King Creole, el Mala Fama al Sirocco los domingos...
Claro que igual ni nos reconocemos, yo ya no tengo tupé (me abandonó) y he actualizado mis pintas pero tampoco mucho no creas.
¡Qué recuerdos! hace poco pasé por lo que fue el King Creole y fue traumático, ahora es una cervecería, sin el juke box y con una fauna totalmente distinta, ¡qué pena!

Carlota Garcinúñez dijo...

"A falta de pan,buenas son tortas".Ahora el juke box he tenido que traérmelo a casa,pero no es lo mismo...
Saludos,
Carlota.

Anónimo dijo...

No tengo el placer de conocerla en persona, apreciada Carlota, pero si, como indica, es usted la viva estampa en carne y hueso del dibujo de la portada de los Stray, estoy más que seguro de que su presencia es capaz de hacer perder la cabeza a cualquier hombre. Entre los cuales que me incluiría.

Un cordial saludo,
Pedro de Paz

Pau Llanes dijo...

Hola, paseaba y te encontré al azar... volveré con más tiempo... tengo que acabarme tu relato (también escribes largo... jajajaja) Saludos... pau

Anónimo dijo...

Hola Carlota, que bien hablas nena! y no me refiero únicamente al uso del léxico y los giros lingüísticos. Clarito, clarito, como las personas nobles y valientes. Creo que es un signo de familia... Aunque la vida suele recompensar estas virtudes con incomprensión y suspicacia (me gusta pensar que debido al temor y -venga, ¿porqué no?- a la envidia). También me gusta pensar que esto (nos) hace más libres que al resto. Te mando un beso a ti y al anónimo que comentó en primer lugar.

Mastroantonio

Carlota Garcinúñez dijo...

A Pedro de Paz:
¡No hay para tanto!.La verdad es que,como soy una tímida extrema, andúve un buen rato pensando si colocar o no el apunte de la foto de referencia.Al fin,me decidí,con la única intención de facilitar un motivo más,de coña,a mi gente.No sé por qué siempre andan haciendo mofa y befa de mi aspecto,en este sentido.Me comparan constantemente con féminas sacadas de comic,sobre todo con Betty Boop.A mí me cabrea un poco.Pero,como no hay más remedio que acabar por aceptarse, poco a poco voy reconciliándome con la realidad.Desde niña he llevado fatal el hecho de ser tan rematadamente pequeña.Me jode especialmente,sobre todo porque tengo una hermana-mujerón:Alta,rubia y con ojos azules.A su lado,y a pesar de los tacones,parezco enana.
En fin,...que sí,que esta vez sí que me parezco a la del dibujo; aunque,puestos a elegir,preferiría ser como "Clara de noche".

Un abrazo,

Carlota.

Carlota Garcinúñez dijo...

A Pau LLanes:
Me alegro de que me encontrases en tu paseo.Yo,hace tiempo que te encontré.Paso a fisgonearte con regularidad.
Tienes razón.Escribo largo;tanto que la última vez que finalizé "algo",la cosa acabó en tres mil y pico páginas.¡Lástima que no vayan a servir para nada!.

Saludos,

Carlota.

Carlota Garcinúñez dijo...

A Mastroantonio:
Me sonroja usted sobremanera.Le aseguro que no estoy acostumbrada a recibir este tipo de loas.
Sobre las recompensas con que nos regala la vida;usted sabe,mejor que nadie,que algunos parecemos arrastrar el "Vís Crucis" no sólo durante la Semana Santa,sino más bien durante toda la vida.Al que ha nacido con ese estigma,a pesar de estas fechas de "recogimiento espiritual",no lo cambia ni Dios. Pero,sea como sea,hay que continuar.Ya lo decía la banda sonora de "Luna de Avellaneda" : ..."Siga el baile,siga el baile".¿De veras cree usted que este son nos hace más libres?.Yo,cada día estoy más convencida de que nos convierte eternamente en presos.

Mil besos,

Carlota.

Anónimo dijo...

Apreciada Carlota:

Para todo aquel que me conoce no es un secreto mi fascinación por las exuberantes pin ups de los sesenta. De ahí que la imagen por usted indicada me resultase tan sugerente. Pero es que, además, acaba usted de mencionar uno de mis puntos débiles: la maravillosa Clara de noche de Bernet. Y no por la propia Clara en sí -que me encanta- sino por su más que evidente inspiradadora, la simpar Betty Page, icono idolatrado de mis años mozos -y no tan mozos-. Compruebe, compruebe usted lo que digo en este enlace.

Si dice usted que la susodicha es uno de sus ideales canónicos de belleza y que sus modos y maneras le parecen gratos e incluso imitables, ante tan desbordante tesitura sólo puedo añadir una cosa:

Carlota, ¿Quiere usted casarse conmigo?

Un cordial saludo y un casto abrazo,
Pedro de Paz

Carlota Garcinúñez dijo...

A Pedro de Paz:

¿Cómo no iba a encontrarse Bettie Page entre mis iconos?.Una de sus mejores imágenes,en mi opinión, (la del bikini de leopardo)también se encuentra entre mis numerosos retratos cinéfilos.Mi madre dice que no entiende como puedo ser capaz de descansar en un dormitorio colmado de múltiples caras.Entre otras cosas,también sufro de insomnio;con lo cual,éso tampoco resulta un problema.Además,son mis fetiches.Nunca sería capaz de renunciar a ellos.Pero,si algún día me viera en la necesidad de transportar mi ajuar -cual lo hiciera Maureen O´Hara,en "El hombre tranquilo"- debo admitir que lo tendría realmente difícil.

Para ser honrada le diré que,en este caso,cabe distinguir que una cosa es la inspiración de estos iconos eróticos y,otra,el hecho de poseer siquiera un ápice de su animal sex appeal.El panorama callejero de una gran urbe,tampoco facilita este tipo de femenino atuendo.(Si ya te miran extraño y se te " comen por los pies" cuando vas "de medio pelo",no quiero ni pensar lo que pasaría si saliera a la calle de esa guisa...).Y,eso que,ni mucho menos,soy una mujer de bandera.La verdad,si le digo lo contrario,también mentiría.En eso, no puedo quejarme.Sería una desagradecida si dijera que la naturaleza me ha tratado mal.

Acerca de su propuesta de matrimonio,y sintiéndolo mucho, debo admitir que ésta es la primera vez que podría mostrar, hacia alguna de sus posturas,un claro desacuerdo.Únicamente porque le aprecio.Según dicen,tengo la desconcertante cualidad de hacerme y,al tiempo,procurar a mi entorno una difícil existencia.Créame!

De buen grado,acepto el más casto de sus abrazos.A cambio,le ofrezco el más sincero de los míos.

Salud!

Carlota.

PD:(Gracias por el enlace.No había tenido ocasión de visitarlo hasta ahora).

Anónimo dijo...

Elegantísima forma de darme calabazas, querida Carlota. Acepto la derrota de buen grado. En fin, no se puede ganar siempre. En cualquier caso, espero que continue honrándome con su amistad.

Un afectuoso saludo,
Pedro de Paz

Carlota Garcinúñez dijo...

A Pedro de Paz:

Continúo,continúo...(No tenga duda).

Saludos.

Carlota.