jueves, 13 de marzo de 2008

Margaritas a los cerdos


Las generaciones que lucharon por la República y,por la Libertad,se revuelven en sus tumbas.Y yo con ellas.

No contamos nada nuevo,si decimos que ésta es la democracia al servicio de la burguesía capitalista.Pues,de aquellos polvos vienen estos lodos.Cuando la causa comunista del PCE "vendió" su proyecto político,durante la etapa de la transición;vendía a su vez la última posibilidad de justicia histórica,si es que alguna vez existiera la oportunidad de llevarse a cabo.

He visto sucumbir en soledad a mis dos abuelos,después de haber luchado toda su vida por dejar tras de sí un legado vital coherente.Encarcelados,torturados,y perseguidos no sólo durante la etapa franquista.Instados a mentir,desde sus propias filas,con la interesada finalidad de conseguir sustanciosas pensiones que,efectivamente merecían,pero que naturalmente serían rechazadas.Para ellos,habría sido como tracionarse a sí mismos.A la causa.Otros muchos sí supieron subirse a ese oportunista caballo.Y,ahora pasan a engrosar,de la mano de sus descendientes,las filas de la llamada Izquierda en España.

Como consecuencia de esta estirpe de perdedores,he sido significada,desde niña,dentro de un colegio estatal;donde mis profesoras se horrorizaban primero,y me ridiculizaban después,por negarme a hacer la comunión,mientras vociferaban delante de toda la clase que mis padres eran de "la horda roja".Esas curatas,hijas del fascio,se cebaban conmigo por el odio visceral que profesaran a los autores de mis días.Estas que puedan suponer a alguien historias propias del abuelo Cebolleta,sí pueden traer,a la mente de otros,recuerdos fidedignos.Conozco a muchos que aseguran haber pasado por ése,entre otros vejatorios trances escolares,para evitarse males mayores.¡Qué no sería después,durante la etapa de adulto!.

He sufrido,en primera persona,las secuelas heredadas de un talante comprometido,además de un equivocado sentido de la decencia,que sólo ahora (acierto a comprender) sirve únicamente para "pasarlas putas" y,para conseguir quedar por siempre desasistido.Lo peor que le puede pasar a alguien es llegar a este punto de escepticismo.Tener la certeza de que el ideal consecuente no hallará un espacio de cobijo.Sobre todo cuando sabes que su práctica conlleva dejar,con el culo al aire,principalmente a los tuyos.Los principios éticos todavía no se ocupan de pagar las facturas,ni procuran el sustento.

A pesar de todo,aún no he aprendido la lección.Sigo pensando que la lucha no está en las urnas.Debería estar en la calle.El error está siempre en aquel que pide,cuando en realidad debiera disponerse a tomar.En este punto,impera la política de hacer oídos sordos;ya puede pasar,lo que pase.La nebulosa social imprime una negativa constante,cuando se trata de cerrar filas ante cualquier altruista causa.La gente traga con lo que sea necesario,con tal de mantener esta mierda de estado del bienestar,que sólo lo es,para unos pocos.Eso sí,la oligarquía del respetable conserva la suficiente energía como para atacar,por sistema,a todo mortal que se niegue a pertenecer a una acreditada formación.Y es que,aún existe mucho miedo en determinados círculos.Pavor a reconocer la extracción política. Mucho más,a perder el estatus.Esa puta obligatoriedad que empuja al grueso de la población a cargar con un distintivo afín,dentro de esta repugnante aldea global,concebida para otorgar validez a la mayoritaria mesnada.

Ser pobre,y tener un espíritu carente de ambición:Insufrible estigma.

Perdonen,pero es que quiero suponer que,al menos,cada quien debiera tener el derecho de sangrar por su herida.

No tengan en cuenta mis palabras.O sí.Efectivamente,estoy traumatizada por no haber nacido dentro de la mafia siciliana.Ésos,si que saben hacer las cosas.Por deber...debo tanto (a mi gente) que,debería hasta de callarme.

Y,para colmo esta jodía configuración de Blogger,que no se arregla ni queriendo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La revolución ya no existe, querida Carlota. La sociedad actual está anestesiada, adocenada, anegada en su propia conformidad y piensa que, en caso de lucha, perdería más de lo que saldría ganando. No nos faltan huevos: nos sobra pan. La sociedad somos estómagos agradecidos que protestamos, sí, y cuando se nos pregunta, afirmamos -quizá, incluso, con sinceridad en el momento de hacerlo- que desearíamos mayor justicia, equidad y provecho para todos pero continuamos aferrándonos a nuestras cuatro posesiones básicas (coche, casa, copas y 30 euros en el bolsillo) y, sí, quizá ese rebelde inconformista que todos llevamos dentro -unos más adentro que otros- logre removernos la conciencia a la hora firmar un manifiesto en favor de los osos polares o en contra de la guerra en Burkina Faso pero, más allá de eso, no obtendrás ningún compromiso consecuente por parte de nadie. Recuerde, por poco que se posea siempre será demasiado que perder y nadie está, a día de hoy, dispuesto a pagar el precio. "Estado de bienestar"... ¡ja!... SOMA, más bien.

Yo soy el primero que entona el mea culpa. Porque, como usted afirma, el orgullo, la lealtad a los ideales y la reivindicación de la coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace aún no pagan facturas. Ni dan de comer.

En efecto, "lo peor que le puede pasar a alguien es llegar a este punto de escepticismo"... y continuar siendo lúcido.

Un abrazo,
Pedro de Paz

Carlota Garcinúñez dijo...

Así es,Pedro.
Un abrazo,
Carlota

EMNM dijo...

¿A qué colegio ibas? tengo tu misma edad, yo también he ido a colegios públicos y compañeros míos no hicieron la comunión y nadie dijo nada.
Años después cuando tocaba hacer la confirmación yo pasé de hacerla y nadie me dijo nada.

No sé, yo no viví nada de eso, es más, las referencias a la Guerra Civil eran desconocidas por todos en mi infancia, cierto es que hablábamos, como crios que éramos, que si el abuelo de tal luchó con tal y el otro con cual, pero como si hubiesen luchado en la guerra de Cuba, nos parecía igual de lejano e igual de desconocido la verdad.

Saludos ;)

Carlota Garcinúñez dijo...

¡Suerte que has tenido!.Cada quien cuenta la feria como le vá.
Saludos,
Carlota.

Anónimo dijo...

Hay personas que defienden su individualidad desde siempre,y la implicacion politico-social se tiene que "mamar" desde la cuna,como en tu caso Carlota.
La diferencia entre "vivir" y "sentir" se sintetiza en en que para "vivir" tienes que "sentir" como tuyo lo que a los demas les acontezca.Quiza por eso hay personas que no entienden tus vivencias...

Salud Carlota!!!

Carlota Garcinúñez dijo...

Curiosamente,no fue en casa donde fuí adoctrinada.Es más,cuando protagonizé la anécdota que comento,tenía tan solo seis años.No entendía nada de lo que la profesora aquella me había dicho,aunque sí sintiera su desprecio.Cuando pregunté a mis padres,ambos se miraron con complicidad,y hasta mucho tiempo después no me explicarían el significado de sus palabras.Supongo
que tratarían de parar el golpe, sin darle ante mí,demasiada importancia.
Por cierto,el título del blog es "Diario de una perdedora",no "Diario de una generación".Me limito a contar mi propia experiencia.No soy amiga de adoctrinamientos ni de proclamas.
A decir verdad,mi etapa escolar no fue fácil porque yo no era una alumna más.No completamente anónima.Mi apellido comenzó a causarme ya allí demasiados disgustos...Mi testimonio es veraz,aunque incompleto.
Salud anónimo!